Este proyecto de vivienda rescata la identidad e historia del lugar en que se emplaza: el Campillo de Badajoz, al sureste de la Alcazaba, parte del desarrollo de la ciudad árabe original.
A partir de un estudio de los grados de privacidad de la arquitectura vernácula árabe, se llega a la conclusión de que las viviendas suelen ser cerrada hacia el exterior y porosas al interior.
Para replicar este fenómeno se diseña una fachada de ladrillo que se separa de la vivienda y genera un velo de privacidad, un tamiz de la luz, y un espacio interior/exterior que puede ser habitado y utilizado como extensión de la vivienda.